Notas de prensa

Estas son las 10 propuestas de la Misión Alternativa de Empleo e Ingresos

Desde el año anterior, cuando el gobierno lanzó la Misión de Empleo, diversas personalidades y organizaciones de la sociedad civil han trabajado paralelamente. Reconocidos economistas, exministros y académicos del país han conformado la Misión Alternativa de Empleo e Ingresos, una articulación que se ha venido dando con el acompañamiento de la Escuela Nacional Sindical. También han participado la Corporación Latinoamericana Sur, la Asociación Colombiana de Estudios del Trabajo, el Observatorio de Deuda de la Universidad Javeriana y el Grupo de Socioeconomía, Instituciones y Desarrollo de la Universidad Nacional de Colombia.

Esta Misión Alternativa de Empleo e ingresos está integrada por personalidades de la talla de Clara López, Cecilia López, Ricardo Bonilla, Jorge Iván Gonzales, Luis Jorge Garay entre otros académicos.

Las 10 propuestas de la Misión Alternativa de Empleos e Ingresos

La Misión Alternativa de Empleo e Ingresos ha formulado una serie de propuesta para el país. La implementación de las mismas traería grandes beneficios para la economía y para los ciudadanos y ciudadanas.

Las propuestas están contenidas en un documento que también recoge gran cantidad de datos sobre el mercado laboral y la economía colombiana.

  1. Consolidar un acuerdo nacional de compromiso por la paz.

Los impactos de una guerra no declarada de más de medio siglo son desafortunados sobre la economía: más del 1% del PIB perdido por año, incertidumbre e inestabilidad, guerra sucia, desplazamiento y desconfianza. Construir confianza debe ser un propósito nacional, que es la base para fomentar nuevas, mayores y mejores oportunidades de trabajo.

2. Diversificar la estructura productiva y superar el rentismo.

El modelo minero-energético y de intermediación financiera de altos costos se agotó: no resultaron ser las locomotoras del crecimiento y no contribuyeron a generar suficientes oportunidades de trabajo. Es el momento de transitar hacia un modelo complejo de industria y de servicios inteligentes a partir de la inversión en ciencia y tecnología; se deben asimilar e impulsar los avances del desarrollo científico, tecnológico y de plataformas virtuales, los cuales requieren trabajo humano más calificado y formado para la vida.

3. Fomentar la economía campesina y la soberanía alimentaria.

La transformación del campo colombiano es una deuda histórica. Los campesinos de minifundio limitado en extensión son más productivos y eficientes que la hacienda tradicional. La importación de 12 millones de toneladas de alimentos impide el desarrollo rural integral. La canasta alimenticia y los nuevos productos de exportación provienen de la economía campesina y no del latifundio extensivo y la agricultura de plantación. Fomentar la economía campesina significa usar mejor la tierra, recuperar 10 millones de hectáreas para la agricultura y dotar a las familias campesinas de tierra, servicios y tecnologías modernas, hacerlos propietarios y empresarios del campo incluyendo esquemas asociativos de producción y comercialización. Un buen comienzo sería cumplir con el Punto 1 de Acuerdo de la Habana y acelerar el catastro multipropósito.

4. Financiar de manera justa y equitativa al Estado, con progresividad.

El objetivo de la democracia es modernizar y empoderar al Estado como representante de toda la sociedad. El Estado colombiano debe superar la cooptación de los grupos económicos, y debe romper con un oligopolio altamente concentrado que recibe beneficios, exenciones y privilegios a través de las regulaciones, la contratación pública y el sistema fiscal y financiero. Para ello se requiere al menos de dos ejercicios de democratización: reforma tributaria progresiva y equilibrio de requisitos para la economía popular.

5. Poner en pie de igualdad la economía popular con la oligopólica.

El papel de las mipymes en un país no es ser el furgón de cola de las grandes empresas y conglomerados con control corporativo del gobierno. Los encadenamientos productivos son importantes y la inserción en cadenas de valor es positiva, pero eso no se logra en una estructura de competencia donde el oligopolio tiene ventajas y excluye a los demás al relegarlos al papel de subcontratistas. Lo pequeño también es necesario y tiene derecho a participar en las decisiones económicas. Por eso, es necesario reformar las normas de contratación, de participación en los servicios públicos y el acceso a la oferta financiera y asistencia técnica, con la perspectiva de fortalecer una nueva alianza público-popular. No es excluyéndolos y declarándolos informales como se construye la economía: es incluyéndolos.

6. Mejorar productividad depurando activos y corrigiendo la medición

El aumento de la productividad general y del trabajo no se logra con menos impuestos, sino organizando mejor los activos y mejorando la medición de la productividad. Valorizar los activos improductivos para sacarlos de las empresas y trasladarlos a las personas naturales es un buen comienzo. Así las empresas consolidarían solamente los activos que hacen parte de su objeto social y podrían hacer más eficiente los costos financieros y los propósitos de innovación. Sobre la medición de la productividad, es importante avanzar hacia metodologías que ponderen mejor la verdadera participación de los factores productivos. Empezar a medir bajo la productividad media es un buen avance.

7. Eliminar la discriminación de género y remunerar el trabajo de las mujeres.

La participación de la mujer en el mercado de trabajo, el reconocimiento y la remuneración adecuada de todas sus actividades, son la respuesta para su inclusión socioeconómica. No se trata solo de que el trabajo no remunerado aparezca en el PIB, sino de redistribuir tareas, romper el techo de cristal y combatir las brechas de género para que ellas puedan acceder a las distintas fuentes de empleo y tener una remuneración justa y equitativa. Además de que hay que reconocer el inmenso aporte del cuidado remunerado, hay que hacerlo también con el no remunerado que ellas realizan prioritariamente. Es hora de identificarlo como un sector productivo tan valioso como la salud y la educación. Solo cuando se distribuya esta carga entre el Estado y el mercado se equilibrarán las oportunidades y se impulsará el desarrollo de sus capacidades.

8. Garantizar el derecho de asociación y libertad sindical.

La libertad de asociación sindical es una de los grandes déficits de la democracia colombiana, producto de campañas de desprestigio de los diferentes gobiernos y de los gremios de la producción. Para revitalizar el mundo del trabajo y democratizarlo es urgente y muy importante poner en práctica las recomendaciones de la OIT y de los gobiernos extranjeros con los que se han firmado acuerdos (Estados Unidos, OCDE, etc.)

9. El sistema de salud, que ya financia el Estado, hay que convertirlo en preventivo.

Los esfuerzos por consolidar un sistema de salud eficiente y con cobertura universal han sido insuficientes. La cobertura terminó siendo un programa de carnetización que no garantiza el acceso ni el buen servicio. La salud pública quedó convertida en programa accesorio y sin capacidad resolutiva. Las EPS quedaron en manos de grupos económicos y agremiaciones de políticos, que no son efectivas y solo presumen. El financiamiento que, inicialmente era tripartito, se redujo a trabajadores y Estado. Para que el sistema de salud sea preventivo se requiere de una reorganización que no da espera.

10. Construir un verdadero piso de protección social sin subsidios a los altos ingresos.

Los mayores fracasos de la Ley 100 de 1993 fueron universalizar el sistema pensional y hacer imposible la construcción de un sistema único, con un estándar en sus parámetros. El Estado asumió el costo de los regímenes especiales y exceptuados, todos del sector público y con subsidios altos, y le entregó al RAIS el conjunto de empleados particulares, abandonando el antiguo ISS. Hoy Colpensiones está expuesto y será culpado del fracaso. Ni el RAIS, ni especiales ni exceptuados son sostenibles: lo único viable es un sistema público que recoja al conjunto de trabajadores y empleados del país, públicos y privados, hasta un límite de cotización y con tope a la pensión máxima que puede cubrir el Estado.

Foro Internacional

La Misión Alternativa de Empleo e Ingresos, con el apoyo de varias organizaciones y en alianza con el Grupo de Puebla están organizando un Foro Internacional. El evento ha sido denominado “Hacia una agenda laboral y de ingresos Alternativa para Colombia” y se realizará de manera virtual los días 5 y 6 de mayo.

En el foro tiene como objetivo, “Proponer una agenda de reformas sociales y económicas que Colombia necesita para la superación democrática de la agenda neoliberal en el país, y producir propuestas de cambio en el marco de un nuevo modelo de bienestar haciendo énfasis en propuestas para reorientar las políticas para el trabajo, la generación de ingresos y la protección social.”

Entre los invitados y exponentes estarán Ernesto Samper, expresidente de Colombia, Clara López, exministra de Trabajo, Cecilia López, exministra de Agricultura, Ricardo Bonilla, economista. Como invitado internacional estará Gustavo Beliz, quien actualmente es el Secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia de Argentina.

El foro se realizará de manera virtual. Algunas sesiones serán transmitidas por la página de Facebook de la Escuela Nacional Sindical. También se realizarán paneles académicos para los cuales se ha habilitado un formulario de inscripción.  

Compartir